¿Conocéis la pintura impresionista? Seguro que os suenan pintores como Monet, Degas, Manet, Renoir o Cézanne.
Pues bien, la técnica impresionista también se trasladó a la literatura y gozó de mucha aceptación entre los escritores españoles de principios del siglo XX. Entre los escritores impresionistas más conocidos se encuentran Antonio Machado, Pío Baroja, Azorín y Gabriel Miró. Aquí tenéis algunas de las características principales del impresionismo literario:
- No pretende reflejar la realidad con todo detalle, sino solo las impresiones fugaces que esta ha dejado en la mente: la luz, el color, el sonido...
- Importancia de la descripción, sobre todo de escenas y paisajes, presentados a manera de boceto, de forma sintética, rápida, con gruesas pinceladas.
- Gusto por lo incompleto. Enumeración de elementos sueltos, de los detalles más llamativos.
- Frases breves, con predominio de los grupos nominales. Escasez de nexos.
- Evocación emotiva de la vida contemporánea y escenas de la vida sencilla.
- Abundancia de elementos sensoriales (visuales, sonoros, olfativos, táctiles y gustativos), buscando siempre la riqueza de los matices.
Aquí tenéis dos ejemplos de Machado:
1.
Es mediodía. Un parque
Invierno.
Blancas sendas;
simétricos montículos
y ramas esqueléticas.
2.
Las tierras labrantías
como retazos de
estameñas pardas,
el huertecillo, el
abejar, los trozos
de verde oscuro en
que el merino pasta…
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