En el examen de hoy había una pregunta de análisis textual donde teníais que explicar la técnica narrativa utilizada por el autor en el relato. He empezado a corregir el examen y estoy comprobando que las respuestas son bastante irregulares: desde comentarios bastante completos a otros deslavazados y bastante inconexos, donde faltan detalles importantes. Muchos hacéis afirmaciones que no justificáis suficientemente o que no ilustráis con ejemplos del texto. Todo ello me lleva en este momento a apartar momentáneamente vuestros exámenes para componer una posible respuesta que os oriente sobre lo que debíais haber puesto. Ya sé que en el examen no hay tiempo para articular un comentario perfecto, pero mi intención es ayudaros para próximas pruebas donde quizá tengáis que realizar actividades semejantes.
Reproduzco aquí el fragmento del examen con el enunciado de la pregunta y los textos y, a continuación, subo un documento con una posible respuesta.
Comentario
de texto literario. ¿Qué tipo de narrador y modalización hay en los texto
siguientes? Comenta todo lo que consideres relevante haciendo referencia a
palabras y fragmentos extraídos del propio texto
TEXTO A
Y,
en efecto, al anochecer del día 12 Isidora mandó por su equipaje. ¡Temblad,
humanos!..., ¡ponía casa! El furor de doña Laura creció, y en ella chocaban las
palabras con las ideas y las ideas con las palabras, como las olas de un mar
embravecido. Relimpio no podía disimular una aflicción honda que tenía su
asiento en la región cardíaca. Parecía atacado de un aplanamiento general.
Melchor dijo mil groserías de la ahijada de su padre, y las dos chicas,
contenidas por el pudor, no dijeron nada.
Y
tu, ¡oh, lector! ¿qué dices? Yo te ruego que no sigas a esta familia por el
peligroso sendero de los juicios temerarios. Sabe que poner la casa de Rufete
no puede atribuirse aún a sospechosos motivos; sabe, pues hay obligación de que
se te diga todo, que el mismo día 12 por la mañana recibió nuestra hermosa
protagonista dos cartas de Tomelloso. [...]
(Benito Pérez Galdós: La
desheredada.)
TEXTO B:
Otro pensamiento distinto del antes expuesto, aunque algo
pariente de él, surgía en ocasiones del cerebro de la esposa de Bringas, sin
darse a conocer al exterior más que por ligerísimo fruncimiento de cejas y por
la indispensable hinchazón de las ventanillas de la nariz. Este pensamiento
estaba tan agazapado en la última y más recóndita célula del cerebro, que la
misma Rosalía apenas se daba cuenta de él claramente. Helo aquí, sacado con la punta del escalpelo
más fino que otro pensamiento, como se podría sacar de un lagrimal un grano de
arena con el poder quirúrgico de una mirada:
“Si por disposición del Señor Omnipotente, Bringas llegase a
faltar…, y solo de pensarlo me horripilo, porque es mi esposo querido…, pero
supongamos que Dios quisiese llamar a sí a este ángel… Yo lo sentiría mucho;
tendría una pena tan grande, tan grande, que no hay palabras con que decirlo…
Pero al año y medio, o a los dos años, me casaría con este animal… Yo le
desbastaría, yo le afinaría, y así mis hijos, los hijos de Bringas, tendrían
una gran posición y creo, sí…, lo digo con fe y sinceridad, creo que su padre
me bendeciría desde el cielo”.
Solución:
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